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Salvatierra, Pueblo Mágico. Una villa de españoles en el siglo XVII novohispano.

 

Por Adriana Ortega. Universidad Iberoamericana.

 

A fines del siglo XVIII La Nueva España vivió una profunda transformación. En estos años cambió completamente su sistema de gobierno, la estructura de su economía y el orden de la sociedad. Al mismo tiempo una inmigración española más numerosa invadió al continente. Muchos llegaron para ocupar los puestos recién creados en el gobierno y en el ejército pero la gran mayoría se dedicó al comercio para aprovechar la gran expansión económica de aquellos años. A principios del XIX  México inició el movimiento de Independencia para separarse de la metrópoli española. El caso de nuestro país no fue el único en este período, otros lugares en América vivieron también condiciones propicias para llevar a cabo este cambio.

 

El desarrollo económico había modificado intensamente a la sociedad guanajuatense.  La agricultura incrementó sus frutos; la industria urbana produjo numerosos artículos que abastecieron un mercado con creciente capacidad de compra; y la minería generó una bonanza considerable, fortaleciendo así la economía regional.  El desarrollo atrajo a muchos inmigrantes y la vida urbana adquirió importancia; con un grupo social relativamente numeroso y nuevo, las villas y ciudades no sólo fueron centros de poder y de trabajo, sino también de acción educativa generando nuevas ideas.

 

La guerra de independencia se inició como consecuencia de varios sucesos, no sólo nacionales, sino internacionales también. La independencia de los Estados Unidos (1776), Las ideas de la Ilustración y la Revolución Francesa (1789), La invasión de Napoleón a España (1808) fueron cusas externas. Por otro lado, los sucesos internos que favorecieron la independencia. Desde fines del siglo XVII y a lo largo del siglo XVIII se produjo un rápido crecimiento de la población y de todas las actividades económicas de La Nueva España. El sector criollo de la población novohispana comenzó a aumentar notablemente. Era un grupo muy preparado académicamente, de formación jesuita. Su deseo de manejar los asuntos políticos de la Nueva España les preocupaba porque consideraban a esta tierra como suya. Aquí habían nacido y sus aspiraciones se veían obstruidas por los intereses de los peninsulares; los criollos no se sentían españoles sino americanos, y por eso comenzaron a revalorar la cultura indígena. Las obras de Francisco Javier Clavijero y José Eguiara Eguren,  plasmaron estos sentimientos y señalaron la grandeza de las culturas autóctonas de América antes de la llegada de los españoles.

 

En 1808, el ejército francés de Napoleón  invadió España y obligó a sus reyes a renunciar al gobierno. Este hecho hizo crecer la esperanza de independencia y de libertad en las colonias americanas. En Nueva España surgieron varias propuestas para formar un nuevo gobierno.  Ante la falta de un gobierno legítimo, los peninsulares vieron la posibilidad de separarse del control de la Metrópoli y gobernarse a sí mismos.

 

En Valladolid hoy Morelia, San Miguel el Grande  y Querétaro grupos de patriotas organizaron en secreto otros  movimientos a favor de la Independencia. En la ciudad de Querétaro en 1810 otro grupo de conspiradores se reunía  bajo el disfraz de academia literaria. En la casa de José Ma. Sánchez se reunían personajes importantes como los licenciados  Lazo y Altamirano, comerciantes como los hermanos Epigmenio y Emeterio González, militares como Ignacio Allende (1769 – 1811) e Ignacio Aldama (1774 – 1811) y un singular personaje , el cura de la ciudad de Dolores, Miguel Hidalgo y Costilla (1753 – 1811).

 

Los conspiradores tenían planeado insurreccionarse el 2 de octubre, día en que se celebraba la fiesta de San Juan de los Lagos y en la cual se congregaba mucha gente que podría reclutarse para la causa en contra de los usurpadores del gobierno español. Sin embargo la conspiración fue descubierta  y el grupo de conspiradores decidió apresurar los planes.Al verse descubierta la conspiración sus integrantes se dispersaron. Le avisaron a Hidalgo en Dolores y fue cuando decidió tocar las campanas de la iglesia para llamar a la gente en la madrugada del 16 de septiembre de 1810. Por ser una hora inusual las personas pensaron que se trataba de una emergencia,  salieron rápidamente de sus casas y se dirigieron a la iglesia en donde encontraron al cura. Hidalgo no tenía realmente la idea de una independencia total de España, su intención era crear un gobierno novohispano mientras regresaba el rey español. Sin embargo, Hidalgo tenía carisma y buena reputación y la gente del pueblo lo apoyó en sus ideas.

 

Dolores era una Congregación de indios fundada a principios del siglo XVII sobre estancias y sitios de particulares quienes tuvieron como una de sus encomiendas agrupar la población indígena chichimeca que habitaba la región denominada Cocomacán o “Lugar donde cazan tórtolas”. En un principio la comunidad dependía de la Villa de San Miguel el Grande pero después se separó. Formo parte del Camino Real de Tierra Adentro que pasaba por Guanajuato rumbo a Ocampo, Ojuelos y Zacatecas. Era parada obligada después de una larga jornada que venía de San Miguel. En la época virreinal en este pequeño poblado había ventas y mesones para recobrar el aliento, resguardarse y abastecerse de alimentos. Las recuas y viajeros paraban aquí, y con el tiempo, se empezaron a desarrollar oficios y a construir grandes edificios que hoy podemos admirar y que nos hablan de ese gran desarrollo e importancia que Dolores fue adquiriendo con el tiempo.

 

La construcción de la parroquia de Dolores fundada por el cura Alvaro de Ocio y Ocampo, comenzó en 1712 hasta terminar con la portada, torres y atrio en 1778. Tiene una decoración en barroco churrigueresco bellísimo  que ahora podemos disfrutar. El Templo de la Tercera Orden también se ubica en el centro histórico, es una pequeña iglesia de estilo barroco. Frente a este templo se encuentra el Jardín “Compositores”, que es una pequeña plazuela típica de estilo colonial. La casa que ahora ocupa la Presidencia Municipal, ubicada frente al jardín principal y a un costado de la Parroquia de Nuestra Señora de los Dolores, fue la casa de Mariano Abasolo, uno de los personajes que junto con Hidalgo y Allende participó en la rebelión contra los españoles.

 

El 3 de octubre de 1803, Miguel Hidalgo se había  trasladado al pueblo de Dolores en donde recibió la parroquia. Hidalgo se alojó primero en la casa que había heredado de su hermano, José Joaquín, cambiándose al año siguiente a la que el cura José Salvador Fajardo mandó construir en 1779. En este edificio, conocido entonces como la Casa del Diezmo, habitó Hidalgo hasta el año de 1810. Instalado el cura Hidalgo en la casa, estableció en ella una escuela nocturna para formar artesanos y adiestrar músicos. Periódicamente, se llevaban a cabo representaciones teatrales, tertulias y breves lecciones acerca de las ideas de la época.

 

Después de convocar a los vecinos, Hidalgo se dirigió con sus simpatizantes a San Miguel el Grande y Atotonilco  y tomó un estandarte de la Virgen de Guadalupe para que fuera el emblema del movimiento. Rumbo a Celaya, en el camino, se le unieron cada vez más personas hasta juntar aproximadamente 25 00 hombres. De Celaya se dirigieron a Salamanca y a Irapuato, ciudades que fueron tomadas fácilmente y sin resistencia. Después fueron a Guanajuato y ahí nadie se esperó la masacre que se generó al tomar la Alhóndiga.

 

El movimiento de independencia no creo las condiciones necesarias para la emancipación que al consumarse no fue suficiente para estabilizar al país y encaminarlo por la senda del progreso. Frente a la independencia hubo muchas posturas, algunos grupos veían en la inestabilidad española la posibilidad de gobernar a la colonia; otros, influidos por las ideas de la Revolución Francesa y la guerra de Estados Unidos, veían un ejemplo de autogobierno y la posibilidad de defender sus propios intereses.